El Real Madrid se jugará en Son Moix parte de sus opciones en la Liga Santander. El Barça esta imparable y no da margen de error a los blancos, que al mínimo fallo cederán un terreno considerable en favor de los de Xavi. Por su fuera poco a lo que estarán expuestos ante el Mallorca, donde Vinicius o Rodrygo deberán estar en alerta dada la agresividad habitual de los bermellones, los árbitros tampoco acompañarán. Pitará Hernández Hernández, mientras que en el VAR estará De Burgos Bengoetxea, dos de los colegiados considerados malditos por el madridismo.
No es para menos. Aunque en los últimos tiempos no han desentonado en exceso en los encuentros en los que han dirigido desde el campo o desde Las Rozas un partido de los madridistas, su negro historial cuando se han encontrado con los blancos sigue en el recuerdo. Los dos han perjudicado gravemente al Real Madrid a lo largo de años, tanto cuando han ido por separado, como cuando han hecho dupla, como en esta ocasión.
La última vez que ambos coincidieron, además con el canario como sobre el césped y el vasco en el VAR, fue en el Clásico liguero de la 19-20 disputado en el Camp Nou. Aquel partido acabó con 0-0 y con uno de los mayores escándalos vividos en un enfrentamiento entre los dos grandes de nuestro fútbol, puesto que se comieron un plantillazo de Lenglet en el muslo de Varane en el área, así como otros dos penaltis cometidos sobre el entonces central madridista por sendos agarrones.
Más allá de eso, los dos acumulan grandes highlights en partidos del conjunto blanco. Hernández Hernández destaca por aquella mano de Felipe en un derbi que fue a ver al monitor y que, aún así, decidió que no era pena máxima. Esta temporada perdonó ante el Sevilla la expulsión al Papu Gómez por una entrada criminal sobre Valverde.
De Burgos en el VAR
En el caso de De Burgos Bengoetxea, el colegiado se sentará en el VAR días después de la polémica del Betis-Barcelona, en la que permitió que De Jong sacara una falta fuera del lugar exacto, cobrando una ventaja clara que les llevó a marcar. Además, los verdiblancos se quejaron de una falta anterior que no fue revisada.
En clave madridista, el colegiado vasco dirigió la última final de la Supercopa, donde perdonó la expulsión a Ronald Araujo en los primeros minutos tras una entrada salvaje a Vinicius. Pero fue en la de 2017 cuando se convirtió en uno de los señalados por los blancos tras el Clásico en el que expulsó a Cristiano Ronaldo y pitó un penalti inexistente sobre Suárez.